lunes, 29 de julio de 2013

EL HOMBRE TOXICO PARTE 5ª

Me bebo el resto de la Coca –Cola, respiro profundamente, y me entra un extraño escalofrio en todo el cuerpo; Nacho me quedan muchas cosas que decirte.

Y qué me dices de los amigos? Poco a poco fueron alejándose de nosotros, sabias muy bien por donde atacar a cualquiera de ellos, no podías soportar gente a mi alrededor, si por ti hubiera sido habría dejado mi trabajo en el Banco, y me hubiera dedicado a tus dedicaciones… unicamente para ti. Única para ti. Propiedad privada de Nacho. Lo entiendes? Tenía una vida, tenía amigos, y me la anulaste por completo hasta encontrarme sola contigo. Pero es lo de siempre, no te das cuenta, hasta que como si una dia abres un armario en el que vas apilando cosas y al final está tan lleno que se te cae todo encima. Y me encuentro sin nadie a quien explicar, a quien recurrir, a quien decir lo hundida que me siento en este momento. Tu tortura ha dado su fruto, me has anulado en mis relaciones. No tengo nadie, no están. Vuelta a empezar

Pienso que debi abandonarlo el dia que sali con mis chicas, llegué bastante tarde, junto a ellas no había reloj, no teníamos hora de regreso, o al menos eso había ocurrido siempre en nuestras noches locas y nuestros desayunos vespertinos. Nunca pensé que cuando llegara a casa te encontraría despierto y después de una mirada de las tuyas, te pusieras a gritarme para que te diera una explicación de donde había estado. No le di importancia, más que la tenia, era un simple “ataque puntual de celos”, pero me equivocaba, fue tu primera agresión verbal;  Después vinieron más ataques verbales sin fundamento que se convirtieron en parte de tu plan de maltrato psicológico.

Recuerdo el día que fuimos de compras, en aquella ocasión necesitaba unos zapatos para ir a una de tus interminables cenas. Probándome los zapatos y decidiéndome si ir con un tacón muy alto para que no se viera tanta diferencia entre tú y yo o uno más normal para ir bien cómoda me dijiste delante de la dependienta: -Cariño, quédate con los que quieras, igualmente vas a parecer enana a mi lado- La señorita que nos atendía no sabía donde mirar y yo te miré a los ojos… y como tu manera de reaccionar causa-efecto ha sido siempre tan  fulminante me sonreíste diciendo… -es broma, con los dos vas a estar fantástica- .
Y sin darme cuenta ya habías empezado a ridiculizarme en sitios públicos, y en la cena de aquella ocasión te pavoneaste de mesa en mesa junto a las solteras-divorciadas-singles de tu profesión que estaban en el evento. Me quedé en nuestra mesa tomando una copa y otra…. Hasta que un “colega de profesión”, Javier, vino a mi rescate, ahora pienso que él te conocía más que yo, y no quería que me sintiera mal. Al verle sentado conmigo charlando de cosas triviales, de mí trabajo en el banco, de mi música preferida, de libros….  Tu reaccionaste y como el alma que lleva el diablo te presentaste en la mesa interrumpiéndole de la manera más brusca y maleducada que he visto jamás y dijiste: -Cariño, es hora de irnos- Y así como una muñeca me sentí manipulada de un sitio a otro, ahora en la sala del evento y un segundo más tarde sentada en el coche camino a casa. Sabes? No voy a olvidar a Javier, el traumatólogo anti-traumas.
Y con esto quiero hablarte de tus “silencios especiales”, aquellos que repentinamente se instalan entre tú y yo. No son por ninguna causa concreta, simplemente pasan. Te quedas en silencio, miras al horizonte sin mirar nada, no me hablas, no me dices nada, ni un gesto, sin expresión, y yo no sé qué decir, no me contestas, ni haces nada solo me ignoras. Y estos silencios han podido llegar a durar un fin de semana entero… bonita manera de pasarlo juntos.

Ahora que recuerdo esto, hubiera tenido que preparar una bolsa con mis cosas más personales y huir de un portazo a mi pequeño apartamento. Sola y en silencio pero tranquila y acompañada de mis cosas, mis libros…. Que cobarde he sido, no hago más que repetírmelo. O que enamorada estoy de ti para no ver estos detalles y aguantar días sin que tú me hagas el menor caso

Nacho me viene ahora a la memoria la cualidad tan grande que tienes de no escuchar lo que no te importa. El día que me llamaron de Recursos Humanos del Banco para comunicarme mi cambio de oficina y mi ascenso, salí de la oficina dando saltos, un mejor puesto y una retribución más importante. Me sentía feliz y realizada. Muchos años en una ventanilla, luego de segunda de a bordo y por fin había llegado lo más luchado: el ascenso.
No quise llamarte por teléfono, esperé que llegaras por la noche a casa para decírtelo, preparé unas copas, puse la música que te gusta  Pancho Céspedes y cuando llegaste miraste las copas y con una frase me dijiste:
 -Celebramos algo?-
Estaba tan ilusionada que no me salía la frase, al final pude decir:
-Nacho, me han ascendido, dejo la oficina donde estoy y voy a ser la directora de otra oficina.
No sé, esperaba un abrazo por tu parte, una felicitación, un brindis, algo….  Y lo que me comentaste fue algo así como:
-Vaya día hemos tenido en el Hospital, ha sido agotador y encima la consulta, tendré que plantearme no trabajar tanto.
Ehhhh, perdona, que me has dicho? te acabo de anunciar que me han ascendido en mi trabajo, que me muero de ganas de empezar en la nueva oficina, que por fin se ha visto recompensado mi trabajo y tú me sueltas que has tenido un día agotador en el Hospital y que te tienes que replantear no trabajar tanto.
Agache, la cabeza, cogí la copa, me fui hasta la cocina, vacié el vaso. Abrí la nevera, vi un bol de pasta, lo coloqué en el microondas. Ti-ti-ti…. –Nacho, la cena esta lista, vienes?
Y me fui comiendo el plato de pasta a golpe de lágrima ahogada e hipos mudos, luego te fuiste a la sala, encendiste el televisor, volviste a recuperar tu copa y oportunamente te pusiste a ver un partido de futbol.
Me fui a la cama con la felicidad de mi logro personal y con la infelicidad de no poder compartir mis pequeñas victorias contigo.

Levanto los ojos de la pantalla y me doy cuenta que la ropa sigue tirada en el suelo, miro la hora y tengo que darme prisa, no quiero que llegue a casa  y me vea así. He de estar fuera antes de las tres.

Nacho, ya va siendo hora que vaya acabando mi carta, solo me queda por decirte que te he querido tanto como siempre te decía:
-Nacho, te quiero tanto como ir a la luna y volver! Ya sé que era una metáfora y tú te lo tomabas a risa, como tantas cosas que te has tomado a risa sobre mí.
Y no voy a olvidar nuestras noches, nos daba el amanecer abrazados en la cama, me sentía tan bien, tan segura, pero como los castillos de arena que caen con el viento, la primavera se llevo nuestros deseos aparcando nuestras noches de un lado. Mi dulce deseo se fue de vacaciones, no quería habitar en una alma herida, pero hoy aún te sigo queriendo y me hago daño escribiéndote, me hago daño auto inculpándome de cosas y me estoy dando cuenta a golpes en el alma que la culpa ha sido tuya. Tu toxicidad me ha envenenado.
Adiós Nacho.
Malena.

Estoy cerrando mi última maleta, es curioso que 10 meses quepan en 4 maletas. El ruido de la cremallera me produce una rebrinco en el corazón.
Saco las llaves de lo que hasta ahora era mi casa y las dejo en la habitación junto a la carta y el anillo del que presumías que “sellaba nuestro amor”.
Pulso el botón del ascensor, aguanto la puerta con una maleta y voy metiendo las otras tres, una última mirada, ya está todo y aprieto planta sótano. Recuperaré mi coche, hasta ahora casi no lo había utilizado, solo para ir al banco y volver.
La puerta se abre, no estamos en el sótano, estamos en la planta baja y veo la figura de un hombre en frente mío, es Antonio, el conserje.
Me mira con cara extraña, a lo que yo le contesto con una mirada escondida en unas gafas de sol en un día de lluvia.
-Señora, le ayudo?
-No, gracias Antonio, voy al garaje……
Sigo mi viaje al garaje, pongo las maletas como puedo en el coche y me dirijo a la rampa.
Antonio siempre tan reservado ha bajado por la escalera y lo veo al pie de la puerta, me abre el parking. Me saluda con la mano, y al ver la lluvia como cae en el cristal del coche mis lágrimas empiezan a rebotar en mis mejillas.
Hoy es el principio de una nueva vida. 

LLUIS LLACH -QUE TINGUEM SORT- (QUE TENGAMOS SUERTE subtitulada)

jueves, 25 de julio de 2013

DESCANSAR EN PAZ.

Hoy la Plaza Do Obradoiro ha amanecido mojada por las lagrimas derramadas por los familiares de las victimas del accidente de tren de ayer.
Se trataba de un Tren Alvia que puede adaptarse a las líneas convencionales y a las líneas de alta velocidad. En el tramo donde ocurrió el accidente es una curva bastante pronunciada que se debe tomar a 80 km/h. Según diversas informaciones el tren viajaba a 180 km/h por lo que rebasaba en 100km el límite de velocidad.
El maquinista antes de ser rescatado del amasijo de hierros dijo a control frases como estas:  "¡Somos humanos!"  "¡Somos humanos!",  "Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi consciencia" . El conductor había dicho antes del accidente cuando habló con control que iba muy rápido, primero a 190 km/h luego a 200 km/h y cuando entró en la curva volvió a decir "Voy a 190 km/h".
Hasta que no se revisen las "cajas negras" del tren aun no se puede nombrar culpables de la tragedia, si fue por culpa de un error humano o fue un fallo técnico.
Las imágenes son impactantes, los vecinos de la Pedanía de Angrois saltaron a las vías antes de que llegara ni los bomberos, ambulancias, policía y guardia civil. Con sus propias manos rompieron ventanas, a sabiendas que la maquina trasera del tren estaba ardiendo y con peligro de explosión (estas máquinas a falta de energía eléctrica tienen un dispositivo que activa la alimentación a Gas Oíl). Sacaban como podían a las personas, algunos murieron en sus brazos. Ellos son unos auténticos héroes anónimos. Igualmente toda los habitantes se lanzaron a la calle a la demanda que faltaba sangre. Muchos han esperado hasta dos horas para poder dar sangre.
Y esas historias tan particulares como una ciudadana de la República Dominicana que viaja hasta Santiago para dar una sorpresa a su hermana y acabó su vida en el accidente.
Hoy el Apóstol Santiago llora de pena y los Españoles también.
A las 80 victimas del accidente, descansar en paz.
Ceci P. Gómez.


miércoles, 24 de julio de 2013

EL HOMBRE TOXICO PARTE 4ª

¿Por qué siempre tienes la gran habilidad de interrumpirme? Quiero hablarte en serio y decirte un sinfín de cosas pero ha sonado “Campanilla”
Y tu mensaje… ¿Cómo va tu primer día de vacaciones cielo? ¿Me pasas a buscar y comemos juntos? Esta noche estaré de guardia y no nos veremos…. Dime algo.

Nacho!  Me oyes pero no me escuchas, intento decirte lo mucho que me dañas, lo mucho que te quiero, lo mucho que me has cambiado la vida. Lo infeliz que me siento, la toxicidad que me produces y lo mucho que he llegado a depender de ti. Are you the one.*

Voy corriendo al equipo de música de nuestra habitación, bueno de la habitación compartida que desde hoy será otra vez tu habitación. Busco la canción y empieza a sonar, “are you the one”, me voy a la cocina, ahora recuerdo que no he desayunado nada, abro la nevera y lo único que logro alcanzar es una Coca Cola, la abro y directamente de la lata me la bebo de un sorbo, espero que el azúcar que lleva me quite el mareo que tengo.
Miro mi teléfono intentando que la pantalla me dé la pensamiento con el que tengo que contestar, pero la pantalla está apagada, como cuando se disipo nuestra ilusión, nuestras ganas de compartir, y se encendía, en un ritmo monótono, cada día la misma pantalla, la misma monotonía.
Al final el cigarrillo se ha consumido en un cenicero y vuelvo a sentarme delante de mi portátil y cuando miro mis manos veo las tuyas, cuando me acariciaban, cuando paseábamos, tantas cosas vividas y tantas cosas que se quedan por vivir….

…..se qué cuando leas esta carta volverás a mirar tu *“manzana”* como siempre la has llamado y verás que no hay ninguna señal de mi.
He leído tu WhatsApp, he decidido no contestarte, y ahora solo espero que no me vuelvas a interrumpir para explicarte que eres hoy para mí.
Solo con decirte tóxico no me vas a entender, te irás a tus términos médicos y llegaras a la conclusión que quizá me hubiera tomado algo… pero no es así.
Tu toxicidad no es química, es mental y déjame seguir…..
Al poco de instalarme en tu casa empecé a darme cuenta de cómo eras realmente, en un principio pensé  que eran solo imaginaciones mías, cosas que me rebotaban en la cabeza…. Como un hombre tan guapo, tan sensual, tan inteligente podía estar solo?
Seguí viviendo nuestra historia de amor sin dar importancia a los detalles pero el tiempo pasa, y es como si en aquel momento las mascaras del amor que todos llevamos puestas emprendieran un viaje con destino a convertirse en materia desintegrada y hubieran caído.
No voy a excluirme que yo también he sido la causante de este desgaste, Nacho: la pareja es cosa de dos, pero tú me has cambiado volviéndome huraña, distante, egoísta. Y digo egoísta porque ya no puedo soportar más esta situación y para salvar mi alma necesito huir.

Tus gestos, ellos te delataban, cuando una cosa no te parecía bien y yo tenía tanta ilusión por hacer, como nuestro fin de semana en Londres, -yo nunca había estado-, tú te lo conocías demasiado como para repetir, me sonreíste diciendo que si, mientras el resto de tu cara era una máscara de cera, impasible, sin gesticular, sin mueca…. No sabía entonces que podía significar ese gesto, ahora lo sé, lo hiciste por contentarme sin importarte nada, mi corazón empezaba a ser burlado….

Y luego llegaron muchas más cosas que al principio me halagaban, conocía todo de tus ex-parejas, los detalles de los inicios, las rupturas, como lascivamente hablabas de ellas y me hacías sentir la mujer más importante del mundo, la que por fin haría que tu sentaras cabeza, que viviéramos una larga historia de amor por los días de los días…. Y ahora qué Nacho, seré la próxima historia para contar a tu nueva víctima?
....

*WITHIN TEMPTATION. "ARE YOU THE ONE"
http://youtu.be/CnqLS00OBW4

*Manzana. Termino popular de los productos Apple. iPhone 5. 

martes, 23 de julio de 2013

EL HOMBRE TOXICO PARTE 3ª

El armario abierto, la ropa por el suelo…. Y sin fuerzas para hacer ninguna maleta. Tengo los ojos hinchados de llorar toda la noche y tu dormías sin enterarte de mis sollozos que intenté ahogar en la almohada, o quizá te enteraste y te quedaste observando como si no fuera para ti mientras yo me retorcía de dolor de alma?
Llevo dos meses intentando hablar contigo, a la segunda frase, con lo hábil que eres tú ya me has cambiado de tema, cerrándote como un erizo en posición de defensa….

Nacho:
Sé que cuando tengas esta carta en la malo la mirarás incrédulo, sonreirás con esa sonrisa que solo mueves el labio sin marcar ningún gesto en el resto de tu cara, abrirás los armarios y verás que mi ropa no está, iras al baño y verás que todas mis cosas han desaparecido.
Nacho, me voy y no volveré.
Estoy  intoxicada de ti. Te has vuelto en el veneno mas tóxico que puede existir para mi alma. Eres mi hombre tóxico.
Desde hace meses tenía síntomas que mi alma no estaba bien, que no era feliz, que no era yo. Te he pedido auxilio en gritos mudos, en detalles, en quererte más para conseguir que tú cambiaras, pero has seguido así…. De esta manera….a fin y al cabo las personas no cambiamos.  
Hemos vivido una gran historia de amor y pasión, fuiste alimentado la pasión como solo tú sabes hacerlo y pase de dormir cada día en mi casa a pasar por ella una vez a la semana para regar las plantas. Me envolviste en tu halo de locura, de tu *savoir faire, de tu sonrisa, tus sitios, tus cenas sorpresas, los detalles, pero, desde hace meses empecé a notar que ejercías un efecto nocivo en mi alma y yo no lo quería reconocer. Te pedí auxilio en gritos mudos que tu no podías oír, te he querido lo mas que se puede querer a alguien, me he fingido a mi misma que los extraños detalles que noté desde el principio solo eran fantasías mías y que con más y más amor marcharían.
Pero no ha sido así Nacho, y esta vez siéntate en la cama y ponte cómodo porque te voy a explicar cómo eres, eres tóxico.

Mientras lo haces yo encenderé un cigarrillo, vaya! He vuelto a caer después de unos meses… pensaba que ya estaba libre de la dependencia… después de aspirar el humo del tabaco me estoy ahogando, creo que yo también he cambiado.


*savoir faire: experiencia, sabiduría, habilidad, don de gentes.

Os dejo con una canción de DANI MARTIN-CERO

http://youtu.be/HUGuH7NPb4g

lunes, 22 de julio de 2013

EL HOMBRE TOXICO PARTE 2ª

Con las gafas medio colgando de la nariz -confieso que no veo casi nada, por lo que las lentillas son mis aliadas en la calle-, el cabello enredado y mi estado de sorpresa al leer el mensaje de “Campanilla”, no os mentiré, se me quedaron los dedos congelados y el cerebro paralizado.
¿Cómo es que me envía un mensaje-Campanilla?. Si, lo deseaba, me sentía contenta, pletórica, feliz, e incluso, y por qué no, emocionada.
Esperé un rato para contestar, fui imaginando un montón de respuestas adecuadas, que no fueran ni demasiado evasivas o que fueran directamente al grano.
Me acorde de mi amigo, de mi descanso al corazón, de todas las normas que me había auto implantado para tener el corazón en “barbecho” y así pasé un buen rato pensando y pensando.
Le escribí un sucinto: si.

Ya estaba en la ducha, imaginando donde cenaríamos, imaginando frases construidas para saber cosas de él, imaginando todo lo inimaginable…

La hora se me echaba encima y yo seguía vistiéndome sin saber que ponerme, el vestido negro y  los zapatos altos ya estaban vistos por lo que opte por un jean, una camisa, y un buen tacón.
Siempre haciéndole caso a una buena amiga, " Malena: los tacones levantan el trasero".
Era la manera de demostrarle que no siempre soy la misma mujer, que puedo ser versátil y acostumbrarme a todas las situaciones.

Oí el sonido del vídeo portero, vi su imagen, y le dije un –enseguida bajo-. Cerré la puerta, llamé al ascensor y sin darme cuenta estaba en su coche. Y es cuando sucede la escena típica que no sabes si dar un beso en las mejillas o en los labios, y la otra persona le pasa lo mismo y al final se produce un choque entre las dos narices, nunca mejor dicho: Un choque de narices.

Risas y nervios por mi parte, sonrisa y tranquilidad por la suya. Menos mal que él siempre tiene palabras para todo, e inició la conversación preguntándome si había descansado bien seguido por el comentario de: que look mas juvenil llevaba esa noche, y yo seguía callada mientras me di cuenta que estábamos en la autopista dirección Girona.
No íbamos a cenar a ningún Garito-Restaurant-Terraza de Barcelona, ¿Dónde íbamos?... Mientras él seguía hablando de los amigos en común, de todas las coincidencias que teníamos los dos, de lo maravilloso que había sido conocerme la noche de los farolillos japoneses-antorchas africanas.

-Nacho, perdona, ¿Dónde vamos a cenar?
-A un lugar en la Costa Brava donde las mesas están en un semi acantilado….

Antes de seguir os presentaré a Nacho, alto con el pelo canoso y una barba sin afeitar pero arreglada. Divorciado y sin hijos.
Sin relación conocida en el momento de empezar la nuestra.
Ejerce de medico en un hospital de Barcelona y tiene su consulta particular. Íbamos en su coche, de gama alta pero, sin pretensiones. Tiene la piel cuidada, se nota que hace deporte, se puede adivinar debajo de su camisa arremangada por los codos que su cuerpo esta cuidado. Esta moreno, sospecho que después de salir de su entreno pasa por los rayos UVA. 
En ese momento me alegré que una amiga insistiera tanto en que fuera al gimnasio con ella, y así llevo un año intentando poner mi cuerpo prieto a base de sesiones interminables de Pilates y horas subida en una Elíptica.
 
Sonaba en el coche una canción de Bruno Marss*, canción de verano con ritmo -cause your sex take me to Paradise, and it shows…- si en aquel momento hubiera escuchado la letra hoy quizá no estaría aquí.
 La noche anterior sonaba una música en su coche, camino a mi casa, música dulce y relajada, se oía de fondo y se volvía inapreciable. Por el contrario hoy la música estaba, para mi gusto, un poco alta, y entre mi ataque de timidez y que tenía que berrear para ser oída, pasé todo el viaje más que callada: muda.
Al final llegamos a un restaurante precioso, donde un señor vestido muy de negro recogió la llave del coche y entramos en el sitio. Nos acompañaba una chica de estas tan monas que trabajan de relaciones públicas en estos sitios “in”

-Dr. Martín: Le hemos preparado una mesa muy cerca del mar, esperamos que sea de su agrado.

-Vaya! No es la primera vez que viene, le conocen  bien sus gustos.

No, no y no. No quiero una mesa cerca del mar, me he pasado una hora con la *GDH intentando dejar mi pelo como una pista de aterrizaje, larga y lisa…. ¡!!

-Algún problema Malena?
-No, Nacho, ideal la mesa, perfecta.

Bueno… ¿somos tontas o que nos pasa en la primera cita? A todo decimos que si? NO? Pues sí, decimos que si, y rogamos por dentro que el pelo no se nos  rice, que no pasemos frió aunque llevemos un vestido de tirantes y estemos solo a 20º, a comer una comida que jamás hubiéramos probado en un restaurante y mucho menos que las burbujas de las combinados se nos implanten en la barriga produciéndose una curva como si estuviéramos embarazadas de cuatro meses.

Después de la cena donde el interlocutor principal fue él y yo su audiencia privada, pasamos a un lugar llamado como todos los lugares de verano “Terraza Chill-Out” música relajante, y seguimos con la charla, además de la charla también hubieron caricias y besos. Para mí, en aquel momento, la noche prometía….
Y empezó a amanecer, la gente abandonaba el chill-out, sandalias de tacón en mano, chales en los hombros, había refrescado. ¿Y nosotros?
El hombre vestido de muy negro habló por el pinganillo que todos los hombres de muy negro llevan y en un momento apareció otro hombre, este no iba de negro pero… conducía el coche.
Extendiendo la mano para coger las llaves, Nacho me abrió, la puerta del coche y yo subí esperando un algo…. Donde iríamos?, a su casa?, mi casa….? No, mi casa no, mi casa no es un “polvorín” y aunque mi hija esté estudiando en el extranjero también en su casa.

Entrabamos en Barcelona con los primeros rayos de sol, estaba adormilada y callada, me molestaban las lentillas, los zapatos me apretaban y como en estado de espera, esperaba una reacción, o un ¿Dónde vamos?... un ¿Te apetece….?
Sin darme cuenta ya estábamos delante de mi casa.
Nacho bajó del coche y muy cortes me abrió la puerta, me invitó a bajar y me dio un beso. Y otra vez la misma frase… ¿Nos llamamos?

 Estoy sentada en la cama con las manos agarrando mis mejillas, me caen las lágrimas, han pasado 10 meses desde que nos conocimos, llueve en la calle, llega la primavera…



*GDH. Plancha para alisar el pelo de última generación.

* Bruno Mars - Locked Out Of Heaven © 2012 WMG.

viernes, 19 de julio de 2013

EL HOMBRE TOXICO PARTE 1ª

No te necesito, estoy harta, no puedo más, me estoy acostumbrando a tu manera de ser, a tus cambios, y me estoy convirtiendo en una sombra tuya: eres tóxico, un hombre tóxico.
La tarde que nos presentaron unos amigos pasaste desapercibido, quizá por mi decisión tomada hacia unos meses, dar un descanso a mi corazón.
 Un amigo mío me lo había recomendado al verme un día llorar y llorar y sin saber porque lloraba. No estaba bien, me sentía sola, buscando un no sé qué, o un no sé cual.
Pasaron varias semanas y nos volvimos a encontrar en una fiesta de verano, típica terraza con farolillos japoneses y antorchas africanas. Y como en todas las películas de amor que se tercie los protagonistas, es decir, tú y yo, nos quedamos hablando hasta que no quedó nadie en la terraza, los farolillos se apagaron y las antorchas perdieron el fuego.
Un rápido intercambio de teléfonos y un “nos llamamos”.
Desde hace tiempo los “nos llamamos” me suenan a aquello de “espérate sentada si piensas que te llamaré”. Al contrario de mis pensamientos a los dos o tres días mí móvil sonó, no voy a mentir y diré que el corazón se me disparó al ver tu nombre en la pantalla. Habíamos pasado una noche muy agradable contándonos nuestras vidas aceleradamente y resumiendo capítulos. Nuestra charla concurrió, como te lo diría, un poco cortante, la verdad es que no me había hecho la mas mínima ilusión que me fueras a llamar y entre que mi corazón iba disparado y que soy bastante retraída para según qué cosas,  solo tartamudeaba palabras inconexas.
Gracias a ti, a tu verborrea barata, la conversación acabó con una cena pendiente el viernes…
Y llegó el viernes, me arreglé con esmero, con un vestido negro sin mangas y unos taconazos que te levantan el trasero más que cualquier otra cosa que anuncien en la Teletienda.
Me pasaste a buscar por casa y ahora me doy cuenta que lo habías planeado todo. Una cena intima en una terraza de la Vila Olímpica, unas copas en un chill-out, y así fuimos cerrando los garitos de Barcelona hasta que se hizo casi de día.
Como prudente que te muestras en las primeras citas, esperándolas venir, me dejaste en casa  y con un beso suave en los labios me volviste a decir las palabras “nos llamamos”. En aquel momento no deseaba el pensamiento que siempre me rondaba la cabeza: “chatina espérate sentada”. Subí a casa y me acosté, pero no sé si era el estado de excitación mental o la Coca Cola ingerida toda la noche no podía mirar dejar de mirar el teléfono. Ni una llamada ni un WhatsUpp, nada. Pero que tonta fui. Tu dormías… Y yo poco a poco me fui quedando dormida hasta que mi móvil hizo el ruido de “Campanilla de Peter Pan” un WhatsUpp…
“la noche de ayer fue estupenda, repetimos hoy?"

http://youtu.be/JJtMD1SS5JI

……..